Por vez primera una ráfaga de odio acecha tu estima
y un sin fin de mugre se clava en tu barriga
ahora ves los vientos que se anudan en tus orejas
y un cumulo de vidrioso néctar se arranca de tu pecho,
una palmada de aire se infla en la punta de tus dedos
en la punta de tus huesos
en las horas que habías visto la niebla
un intenso ruidos descoloco tu cabeza y
un delicado suspiro arranco tus huellas de mi cama
y un aluvión de estrellas chocaron contra otra estrella
de esas que tiene todos los colores
de todos los colores que se formaban en tu mirada
y ahora hacen una brecha durmiente
una brecha que se desarmada hasta el silencio la pasión
que se cosen en la punta de tus venas
en una contorsión anudada en mis oídos
y se tejen en mis vertebras
