metidos en el cuerpo del cuerpo.
Reposa una escarcha.
Y haces de ellas así (1),
de que todo lo he perdido
que mi cuerpo no es mío,
y todo lo que da mi forma
no me pertenece.
De estirarme hasta tus pies rayados
de unir el codo tu rodilla
de mirarte perdido cinco veces
al tercio superior de tu figura
fastuosa y libre.
(1)Tanto, hasta el punto.