En las pesuñas de la araña y las langostas, de su vida diaria,
intrépida, dispuesta, horrenda, inmunda, cochina.
Vi esa hambrientas despiertas frutas de la parra de la viña
de la abrupta consecuencia de la hambruna de la carne deshidratada,
de la pedestal de las auroras,
versos sostenibles del hielo.
Todo paso por las flores.
Comprender que la historia es otra vez la cuenta furtiva de una dicha sin hechos, vigores, histriónicos.