Tu boca que es lecho de mis días,

que es la brisa de mi boca,

que es el néctar de mis dedos,

que es la crispación de mis pulmones,

un solo aliento se transforma de sueño, en ardor.

Con plumas y una gran flauta, ronroneo unas silabas árabes, 

tal vez sean las palabras de una gran emperador enamorado.

Si hubieran un estado emocional igual. Igual que el roció haciendo senderos en mi harapos...

Atravesaría por mi pecho inflado el canto de las golondrinas,

es flama en mi, un trance alado

la subida sin fin.

Sin sombras.

***

Un dulce sabor de tu boca de fresas me reduce a lo simple...

En donde te invento,

descubro crearte perfectamente,

donde te sueño, veo verte.