Un soplo nocturno de media noche me saco de la silla
y vino a mi
un corsario de la noche de la noche digna de la suerte enajenada de la vida sin fin
un eclipse se había nublado en tus ojos de perla y un coral se recita en
tu lomo otra vez vi esas fulgurante serpiente brillante que recorría tu
cuerpo.