por el lado infinito del cosmos,
se extendía los lazos de la muerte
por los bordes
de mi cama nacen tus piernas abiertas
ardientes y perfumas de azafrán.
se despliegan en la fricciones
de tu cuerpo, que se anudan, y crecen
tan profundo y tan hondo
que danzan entre las espinas
de un enjambre húmedo.