Con ese paisaje perdido
en las comisuras de los labios.
Armado de acacias y arrarayanes
creciendo en los pómulos.
(...)
(...)
Otra semana sin afeitarse
y las rosas que se amontonan
en el cuello.
las serpientes enrocadas en los
colmillos;
más todo el tiempo
el eco de los zorzales colgados del iris
y los piojos que se comen todo.